Dice Italo Calvino “ He aquí la memoria, o mejor la experiencia que es la memoria más la herida, más el cambio que ha operado en ti y que te ha hecho diferente”
Y de eso trata "El hombre que mide las nubes" del escritor Bruno Podestá, título que sólo un poeta puede proponer. La versatilidad del autor se expresa en una nouvelle de breves relatos, un ensayo y finaliza con poemas que titula Preguntas prohibidas.
La nouvelle nos instala en el lugar de la inmigración, lugar éste siempre lleno de nostalgia y recuerdos que lastiman ¿qué se deja cuando se deja la tierra donde hemos nacido? ¿qué sucede cuando no reconocemos la lengua ? No es casual que se llame lengua materna a la propia, aquella con la que aprendimos las primeras palabras y que nos humanizó a través del lenguaje. Con la migración surge la nostalgia, recorrer calles que no reconocemos, los amigos que no están, el adiós siempre presente. ¿Es posible encontrar un lugar en otro lugar? ¿Es posible un retorno que tiene que ver más con el tiempo que con el espacio?
Podestá nos hace transitar ese mundo que despoja, hiere, y que, a veces, el tiempo no logra reparar. La infancia, dice Roland Barthes , está fuera del tiempo, es una ucronía , o incluso, no en el tiempo fisiológico sino en el sentido mítico del tiempo. Entonces compartimos la historia de un hombre que se interna en la memoria y recuerda su niñez en el seno de una de las tantas familias italianas que desembarcaron cerca del puerto del Callao para cubrir sus necesidades en épocas duras para la Europa de posguerra.
Recordamos a Pontalis cuando dice “la experiencia del duelo , de la pérdida, de la separación de si mismo es lo que nos libera de la reproducción idéntica . Una memoria viva exige del olvido ”
Nos preguntamos ¿es posible el olvido?
Los cuentos con sus diversos temas tienen personajes que se cubren de dramatismo y dolor Y en realidad ¿hay otro tema que no sea el de la melancolía y el dolor en los cuentos de Bruno? .
Marguerite Yourcenar escribe “ el tiempo es escultor y estos temas están siempre en el aire de los tiempos “
Y con el aire de los tiempos hablo de uno de los textos de Podestá que me impactó especialmente. Un texto teórico ,” Elogio de la melancolía” . El mismo marca el nivel de profundidad que maneja el autor y que está escrito con la sutileza del poeta indiscutible . Bruno hace poesía con la ficción y la teoría . Así lo hizo Borges, Cortázar , Vallejo y otros grandes de la literatura
Trasciende cualquier intento de clasificación o encierro. Elogio de la melancolía es un texto teórico, una prosa teórico poética escrita con la sutileza del pensador que se interroga y nos interroga ¿es acaso la melancolía una forma exaltada del narcisismo o la forma sutil que permite a los creadores dar cuenta de sus obras?¿ Es medicable? ¿Es una dañina patología dificil de curar’? ¿ Se puede escribir sin ir en busca del tiempo perdido?
Dice Podestá “ lejos de haber enterrado sus armas para siempre , la melancolía sobrevive y volverá ,pálida y lánguida como es su costumbre,para retomar el lugar que siempre fue suyo pues como saben bien quienes van en busca del tiempo perdido, no hay memoria sin melacolía.”
El lector habitará entonces esa zona que no es vigilia ni sueño. Vagan los personajes como espectros que apenas retenemos. La tragedia que no nos es desconocida en Dos niños y el fuego, la amenaza extrañamente esbozada en Aeropuerto , el dolor y la culpa que provoca un familiar enfermo en La nave del olvido, una hija a la que su padre, un general evidentemente sudamericano, aconseja abandonar el país y ser otra en La invención de Lucía,
Valentina contando el difÍcil exilio dentro de su propio país y “ la esperanza de que su hijo y sus nietos se puedan quedar en un sitio nomás . Después la vida será buena con ellos. , estoy segura”, afirma.
En El café de los espejos un hombre solitario que vive con su perro George, mira televisión y va siempre a un mismo bar donde a través de un espejo se verá o se imaginará observando una pareja de la cuál tampoco nos dejará saber demasiado pero a la que escucha y observa con mucha atención¿qué pasa con esa pareja? ¿en qué lugar se ubica el que los observa , en qué historia queda atrapado el lector? . El cuento es abierto. Insisto. De ese hombre sabemos poco. Sólo que se va extrañamente feliz del bar y debemos seguir interrogándonos los motivos ¿acaso se ha identificado con la extraña pareja? ¿acaso es él y se ve en el espejo?.
El cuento titulado Nicola Tassara trata de un luchador que vivió dificiles situaciones durante la guerra. Su muerte sucede al paso de los años y es a su velorio al que asiste el narrador Estas son sus palabras ante esa primera experiencia “Así pude ver el último semblante de una vida”
Diálogos extraños y obsesiones que perturban en Café Bar Islandia. Personajes envueltos en el misterio.
Discutibles, transcurren como en un sueño
Estos cuentos se abren en un fino abanico que obligará al lector a seguir pensando. Uno es el lenguaje que nombra las cosas . Otro es el que rompe la norma convencional y envuelve en una atmósfera encantada.
Finaliza el libro con una serie de poemas titulados Palabras prohibidas que poseen notable sustantividad y logran una síntesis que nos recuerda al poeta León Felipe cuando dice “deshaced ese verso,quitadle los caireles de la rima, el metro,la cadencia y hasta la idea misma. Aventad las palabras y si después queda algo todavía eso será la poesía”
Imposible nombrar estas poesías sin citar la primera que dice así “ las ideas tan buenas tan compañeras tan peligrosas “
Con sus textos Podestá nos invita a seguir reflexionando sobre la escritura.
Y lo hacemos.
Escribir es habitar un mundo en el cual la letra descubre un acto imposible de detener y permite la puesta en escena de los fantasmas que rodea al que lo hace .Es un encuentro con el Otro . Profundidad del inconsciente.
Entre imágenes y metáforas surge y es desde ese lugar donde las marcas que la vida provoca emergen y nos escriben. . Allí nace la extraña magia del decir.
La palabra buscada siempre es esquiva y necesita del esfuerzo y la perseverancia . El lector se preguntará si el hombre que midió las nubes encontró la medida de las mismas con la memoria puesta en la infancia perdida , si la nostalgia es la posibilidad de contar ¿acaso existe otra? y si los encuentros y desencuentros son la verdadera medida de los seres humanos .
Toda experiencia de exploración sobre ese mundo plagado de sueños nos acercan a los más visceral y nos instala en el enigma del vivir.
El acto de escribir deja a la intemperie , devela lo que oculta y restituye la letra, se mantiene en los bordes y provoca un difícil equilibrio . Orden y desorden , hechizo y encantamiento del que participan las Musas siempre . Porque ¿quién se atreve, en este mundo sin certezas, a dejar de convocarlas?

Martha Goldin

Uruguay (Nov-2013)