El techo cayó sobre mi cabeza.
           La muerte se aproxima.
     ¿Podre comprar mi vida a Lucifer?
   Veo un resplandor, me da miedo.
              Intente alejar esos pensamientos.

Comí un apetitoso sandwich.
Todo volvió a ser como antes.

La realidad me resulta sórdida.
                    Solo quiero que él
                                      Desaparezca
                   Me acosa el miedo,
                                      Los pañuelos tienen un lenguaje

Me sentía sola como Jonas en la ballena.
                Tanto me angustia que me hice amiga de lo que allí habitaba.
Rezando. ¿ a quién rezaba ? al inexistente.
                Que pedía, que tragara a otra persona.

Un laberinto se expande
         orden no comprendido y
           me resulta amigable ,
                                     el color
                   una esperanza nueva
                                             flotando en mi retina              

Llueve
estoy sola con mi sombra
              se apoderan los recuerdos
y mitigan tu ausencia
             navego y no tengo puerto
   me perdi en una duda

Mas viento  mas lluvia
  huracanes.
  Todo está fuera de si
una terca amenaza me visita
  la impotencia
recogía los pedazos diseminados
de mi corazón
cuando otra tormenta los barrió
La noticia ocupa la primera plana               
 de los diarios

Otros mundos vendrán
otros nombres
una fría inquietud me atrapa
Mire atrás por temor
solo bruma
sentía que me miraban y reían
subo la cabeza
las estrellas pasan
alla lejos rosas transparentes.

El humo esta despierto
yo me desconozco
las paginas se leen entre ellas
caen gotas de mis ojos
me envolví en la quietud
Suplique al inasible

A medida que pasan las horas

me azota el miedo
me desintegro
se va, no se estar sola
me habrá sido impuesto por algo
las cosas suceden
precipicio del adiós imaginario
¿para siempre?
Ya se que no.
Tal vez me transformo en pájaro y lo encuentre.

Llegó el momento

me cansé
quisiera ser niña otra vez
La realidad me lastima
mi cuerpo cansado necesita un lecho
disolverse en el.
Sin fuerza para soltar ese alarido
que perfora mi garganta.
No puedo hablar.

La vejez me sorprendió.
Mi vasta mirada abarcativa….
Comenzó a detenerse.
Una mujer cruzando la calle sujeta a un andador con mirada ausente.
Espaldas curvas caminando en soledad.
Caras melancolizadas añorando añoranzas.
“La soledad es un amigo que no esta”, ya mucho de mis amigos no están.
Nacemos condenados a muerte.
Me canso.

Lástima que me fui

tanta lástima que me lastimó
Que lastima que el silencio se hizo

Solo atiné a cantar
Calladamente.
No me salían palabras era una extraña extrañada de mi.

El salió.

La soledad tan cierta me produjo incertidumbre.
Lágrimas llenaban mis ojos
Traté de componerme. Me pinté la boca de color carmín.
Mi corazón oprimido perforaba el pecho.
Ese pecho que alguna vez alimentó vidas.
Salí, di un portazo y cayó sobre mí la cruz que está arriba de la puerta